CULTURA

Comunidad cultural dice adiós a De la Peña en Bellas Artes

Las cenizas del escritor serán depositadas en una iglesia, junto a las de sus seres queridos, como era su voluntad

 

 Tal como era su decisión, las cenizas de Ernesto de la Peña quedarán en un nicho de la Iglesia de La Bola, en la colonia San José Insurgentes, al lado de su hija, muerta hace 18 años, y de su hermana, fallecida hace un mes. Antes de morir, el filólogo, políglota, académico y escritor dispuso ser cremado y que sus cenizas quedaran cerca de sus seres queridos.

Ayer, en el homenaje de cuerpo presente en Bellas Artes, miembros de la comunidad cultural y en especial sus compañeros en la Academia Mexicana de la Lengua: Jaime Labastida, Margit Frenk, Gonzalo Celorio, Adolfo Castañón, Felipe Garrido, Vicente Quirarte y José Pascual Buxó, señalaron que De la Peña vivirá en su obra.
Por eso en breve comenzarán a preparar la publicación de un largo ensayo sobre Rabelais, un libro de poemas inéditos y “Las realidades en El Quijote”, la última conferencia que dicto -la semana pasada- en El Colegio de México al recibir el Premio Internacional Menéndez Pelayo 2012, dijo su viuda, María Luisa Tavernier. “Vamos a tratar de reunir su obra audiovisual que es de gran riqueza cultural para que quede como testimonio”.
A esa labor se enfocará TV UNAM, tal como lo señaló su director, Ernesto Velázquez, quien dijo que en octubre comenzarán la transmisión del último ciclo del programa Operomanía, conducido por Ernesto de la Peña y Eduardo Lizalde, que será su homenaje, sumado a una lista con las 56 óperas imprescindibles de la RAI de Italia, seleccionadas por De la Peña.
En Bellas Artes le dieron el último adiós al gran sabio mexicano. Si Labastida, director de la AML, celebró su palabra y su pensamiento y solicitó a la viuda de De la Peña la posibilidad de trabajar en los archivos electrónicos y en los manuscritos del intelectual para recuperar las obras inéditas del estudioso de los cuatro evangelios, su hija Patricia lo celebraba como un hombre con gran sentido del humor, muy querido.